miércoles, agosto 03, 2005

Empecé mi blog con un cuento. Había escrito una especie de "pensamiento" y luego, para hacer más contundente mi entrada al ciber-mundo, quería poner el cuento decente que tengo. Pero parece que solo se puede publicar una cosa al día, así que el cuento sustituyó a mis sabios pensamientos. Y después de pegarle una releída a mis sabios pensamientos, me di cuenta de que no eran sabios y me vi arrebatado por un ciber-pudor más fuerte que mis ganas de no perder el trabajo que me costó escribir la payasada mala. Así que ahora aprovecho de escribir algo en una primera persona más cercana a mí que la primera persona del cuento. De todas maneras, mi objetivo con este espacio no es que me conozca alguien que tal vez nunca conoceré, ni aportar material adicional para los que ya me conocen algo. Y con lo que acabo de decir estoy contradiciendo mis sabios pensamientos aludidos recién, pero bueno ¿qué le voy a hacer?, suelo contradecirme bastante, sobre todo en los días en que mi cabeza está al servicio de mi estado de ánimo. Pero bueno, ¿de qué se trata esto? Antes de ayer, cuando escribí mis "pensamientos", me preguntaba por qué la necesidad de comunicar. Comenzaba diciendo que hay una necesidad en todos nosotros de comunicarnos y decía que a esa necesidad respondían los blogs, por ejemplo. Luego, continuaba diciendo que hay algo que nos lleva a revelarnos a nosotros mismos, a hablarle a los demás acerca de lo que somos, de nuestra íntima realidad personal, y agregaba, poéticamente, que hay algo que nos lleva a querer que los demás entren en comunión con nuestra interioridad. Estos pensamientos son bonitos, al menos así me parecen a mí, pero no son míos para nada, a pesar de que yo los hago míos porque puedo pensarlos de una manera que me es propia y expresarlos con mis palabras; pero, en fin, la novedad de ninguna manera es esencial sino puramente accidental. Concluía mi escrito preguntándome si acaso tenía yo algo que decir. Y me respondía diciendo que sí, porque todos traemos un tesoro al mundo. En esta afirmación tenemos la certeza absoluta de que no es mía, no cabe duda de que ha sido dicha millones de veces y escrita en cientos de tarjetas tipo village; sin embargo, yo agregué, aplicando un dicho popular de la patria chilena, que nadie viene sin su marraqueta de oro bajo el brazo (¡¡¡hermoso!!!)... tal vez hice bien en no publicar dichos pensamientos, más de una lágrima pude haber arrancado. Terminaba diciendo que tal vez por esto (por el asunto de la marraqueta de oro), teníamos todos una necesidad de comunicarnos.
Bueno, en las palabras anteriores sobrevivió mi primer post. Como se habrán dado cuenta, mi primer post propiamente tal es un comentario del fallido. Una última cosa: sí creo que todos traemos un tesoro al mundo y bla bla bla, lo creo de corazón; sin embargo, hoy mi ánimo está más dispuesto a creer que escribo en esta página para conversar conmigo que para compartir un supuesto tesoro que tengo. De hecho, acabo de conversar con mi yo de antes de ayer; fundamentalmente, le dije que no había nada de original en lo que había dicho antes de ayer y me burlé, ligeramente, de sus pequeños orgullos; por su parte, el me dijo lo que pensaba y dejó ver lo que sentía antes de ayer, pero bueno, si les detallo la conversación ya saben qué pasaría, tendríamos un post circular. De todas maneras, estas palabras no caerán al ciber-vacío: yo me leo y a veces me entiendo.

1 comentario:

Pedro dijo...

Interesante el comentario...y sí, el tener un blog responde a la necesidad de comunicarnos; por naturaleza somos seres sociales..se ha comprobado que el lenguaje sólo se adquiere mediante la interacción con otros seres humanos; la cultura y muchas de las ciencias, son fruto de un desarrollo en sociedad.
En fin el tema da para largo.
Saludos.