El estudio de islas o nisología (la traducción del
término es propia porque no pude encontrar sitio alguno, ni siquiera artículo
de Wikipedia, sobre este tema en español) se inicia formalmente a principios
del siglo XX como un campo multidisciplinario que incluye desde la oceanografía
hasta la antropología, y se configura como una rama independiente en 1980 a
través del artículo del oceanógrafo (y epistemólogo amateur) John Selwyn, quien
a la vez que fundarla proporciona la critica necesaria para concluir su total
inutilidad. Generalizada como teoría del aislamiento, diez puntos conforman sus
cotas como diez mandamientos que no le sirven a nadie. Los estudios más
importantes tienen que ver con movilidad, aislamiento e imaginario del
exterior, que son perfectamente clasificables dentro de otras disciplinas con
más relevancia. A pesar de su falta de sentido, ha convocado la atención de
numerosos intelectuales, y existen cuatro o cinco medios de publicación
acreditados que se dedican específicamente al tema. Al ser una ciencia
compacta, es de sumo interés para la filosofía de las ciencias. Como los
cometas, como los terremotos, nos da pistas de principios fundamentales,
acotados en un modelo compacto, que rigen o articulan sistemas cuyo estudio
cualitativo a gran escala se hace difícil. Así, la nisología es a la
epistemología lo que las islas son a la nisología.
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