jueves, junio 09, 2011

Descreo de su Mapocho

Dr., déjeme decirle, con cariño pero también con firmeza, que descreo de su Mapocho
Ese río es hijo de Oliveira hijo de Cortázar y también de sus flamantes errancias, y no hermano de la tierra cordillerana, del polvo fugitivo de los sacos de cemento, del harapo
Su río, Dr., es navegable por derecho propio, Hontológicamente navegable, diríamos
Lejos de él que se fantasee con ponerle prótesis para que comience a ser otra cosa
A un río no se le dice levántate y anda
Pero, ah, Dr., nos soñamos héroes y el demonio de la realidad fue a buscarnos allá donde estábamos y fuimos heridos
Qué importa sobre qué río se incline la memoria:
Su poesía viene a decir lo que Rojas dijo que dijo Vallejos:
Todavía

1 comentario:

Dr. Marinakis dijo...

Querido Beñeño,

Soy un sentimetal, usted bien lo sabe. Y sí, es cierto: si en alguna dimensión cabe hacer la comparación, y dudo que la haya, lo que escribo puede asociarse - muy a mi pesar - más al lambiscón de Rayuela y a los pequeñísimos poetas cuyos libros suelo calentar bajo mi axila que al milico de Ficciones y a aquellos que rellenas los tomos de Obras Selectas de la Humanidad. Debo acotar que con ud., mi estimado Beñeño, pasa lo contrario. Y si bien mi ánimo magdaleno me lleva a escribir este tipo de lloriqueos, le ruego que no compare mi escrito con lo que hizo Juan Latino o Pedro Sudaca o cualquier otro poeta-vanguardista-viajante-por-europa. Recuerde, y recuérdelo bien: soy mucho menos que un escritor sudamericano buscando a la maga, o mucho más, según como quiera verlo; soy un simple estudiante de ingeniería pasadito en años a quién el clima le rompió la guitarra, que ansiaba tocar todo el día.
Aprovecho esta misiva para informarle que he conocido a nuestro nuevo Bolaño, poeta bonachón de lentes circulares y voz aguda. Espero enviarle picantoncitas noticias de él, cuando lo entreviste en un poco más de un mes.

Un abrazo grande.


Marín de Chile